CLAVES PARA CERRAR APUESTAS
El mundo de las apuestas deportivas, como cualquier juego de azar, encierra un riesgo intrínseco que debemos aceptar desde el primer momento en el que empezamos a jugar. No obstante, desde hace unos años, muchas casas de apuestas han añadido la opción cerrar apuesta con el objetivo de “minimizar” ese riesgo y poder asegurar parcialmente las ganancias.
Aunque suene muy bien, no es oro todo lo que reluce, así que en este artículo explicaremos bien en qué consiste cerrar una apuesta, las consecuencias que tiene y en qué casos es aconsejable hacerlo.
EN QUÉ CONSISTE CERRAR UNA APUESTA
Primero de todo, entendamos bien qué es Cerrar una apuesta:
Cerrar una apuesta significa aceptar cobrar la apuesta antes de tiempo por un importe menor a las ganancias esperadas. Es una interesante opción destinada a garantizar el beneficio en caso de que la apuesta esté en riesgo.
Se nos da esta opción desde que hacemos la apuesta hasta, normalmente, minutos antes de acabar el evento, y el importe que se nos ofrece al cerrar variará según el valor de la cuota en ese mismo momento.
A primera vista parece sencillo y se nos antoja una opción muy atractiva en cualquier situación: por ejemplo, si apostamos a la victoria local y el equipo se adelanta en el marcador en los primero minutos, podremos cerrar la apuesta en la media parte y obtendremos ganancias sin sufrir.
¿Es tentador, verdad? Pues la realidad es mucho más compleja de lo que parece, y a continuación os contamos porqué.
UN ERROR COMÚN EN JUGADORES AMATEUR
Como decíamos, cerrar una apuesta parece un mecanismo muy práctico a utilizar siempre que se pueda, pero es precisamente este pensamiento uno de los errores más comunes que comete la gente que empieza a apostar.
Con la opción de cerrar apuestas, las bookies se aprovechan del miedo a perder una apuesta que tiene el jugador amateur y le muestra una opción menos mala para que el jugador acepte el trato sin parar a pensarlo con detenimiento.
Para entender lo que queremos decir, entendamos en qué se diferencian los jugadores recreacionales respecto a los apostadores profesionales:
Los apostadores recreacionales o amateur son aquellos que juegan de manera puntual y por diversión, y se caracterizan por ser impulsivos y dejarse llevar por las emociones. Los apostadores profesionales o semiprofesionales, en cambio, juegan con regularidad, incluso se dedican a ello, y lo hacen con una metodología estudiada y mediante un análisis racional previo a cada evento.
Por este motivo, los jugadores recreacionales apuestan para pasar el rato, no son expertos ni siguen un razonamiento claro previamente establecido, por lo que cometen más fallos. Al no fiarse totalmente de su criterio, se dejan llevar por las emociones y eso hace que cierren las apuestas en cuanto vean la oportunidad, por pequeñas que sean las ganancias.
Este tipo de jugadores ven el botón “cerrar apuesta” como algo muy útil, pero lo que no saben es que le están regalando dinero a las casas de apuestas, por lo que a la larga perderán dinero y sus apuestas dejarán de ser rentables.
POR QUÉ CERRAR APUESTAS NO ES UNA ESTRATEGIA RENTABLE
Las casas de apuestas son grandes empresas con mucha gente detrás estudiando cómo ganar más dinero. Están continuamente mejorando sus algoritmos y ofreciendo opciones de los más tentadoras para fomentar la participación de nuevos jugadores. Por estos motivos, saben muy bien lo que hacen, lo que dicen y cómo lo dicen, por lo que siempre hay que poner en duda todo lo que nos quieran vender.
Aprovechamos una vez más para recordar que el mundo de las apuestas deportivas es un juego, y por tanto hay que tomárselo como tal. Apostar con responsabilidad y no jugarse más dinero del que uno pueda perder es la primera regla y nunca hay que olvidarla.
Volviendo al tema de cerrar apuestas, esta opción la venden como “una manera de obtener más control sobre tu apuesta y poder tener un pago antes de tiempo”. Es un claro reclamo publicitario muy rentable para las casas de apuestas, ya que si no lo fuera y beneficiara a los jugadores no llevarían 5 años promocionándolo.
Veamos porqué cerrar apuestas no es una opción rentable a largo plazo.
Para empezar hay que tener en cuenta que al realizar una apuesta ya estamos regalando dinero a la casa de apuestas, ganemos o perdamos la apuesta. Las cuotas de una apuesta muestra la probabilidad que hay de que ocurra una de las selecciones de la apuesta, por lo que si sumáramos todas las opciones (por ejemplo, 1, x y 2) tendría que darnos como resultado un 100%. Pero no es así: las cuotas sumadas suman siempre más del 100%, por lo que las casas se cobran siempre una comisión implícita anticipada, que suele ser del 2-8%. Se garantizan ganar dinero sí o sí.
Por si fuera poco, al pulsar el botón de cerrar apuesta estamos regalando más dinero, concretamente entre un 5 y un 8% más.
El importe que nos ofrecen al cerrar una apuesta será siempre menor al del valor de la cuota que tiene nuestra apuesta en ese mismo instante.
Por otra parte, está la depreciación progresiva de la cuota media que se acabará transformando la opción de cerrar apuestas en una estrategia no rentable a largo plazo.
Hay que tener en cuenta que al cerrar apuestas estamos ganando menos dinero del que esperábamos: la cuota a 1.9 que parecía muy interesante antes del evento se puede quedar en 1.5 o menos al cerrar la apuesta, cuota a la que seguramente no hubiéramos entrado por falta de valor.
Al cerrar apuestas de manera habitual estamos rebajando nuestra cuota media poco a poco. Veámoslo más claro con un ejemplo práctico:
- Imaginemos que llevamos un histórico de 100 apuestas en las que solemos hacer apuestas a cuota media 1.8. Esto nos devuelve un umbral objetivo del 55.55%, lo que significa que un porcentaje de acierto mayor al 55.55% nos dará ganancias a largo plazo. Según nuestra estrategia de apuestas, nuestro porcentaje de aciertos se acerca al 63%, por lo que nuestro sistema de apuestas es rentable a largo plazo.
- Si empezamos a cerrar apuestas con asiduidad, tal y como hemos visto antes nuestra cuota media empezará a bajar (de 1.8 a 1.6, luego a 1.5…), lo que significará que el umbral objetivo suba, acercándose peligrosamente a nuestro porcentaje de acierto.
- Si nuestro sistema nos está dando un 63% de acierto, al ir creciendo el umbral objetivo cada vez será más difícil tener beneficios, se necesitarán ganar más apuestas para mantener la rentabilidad y a la larga no seremos rentables. El miedo nos acabará comiendo el margen de beneficio.
Recuerda que si tu rentabilidad a largo plazo es positiva, las veces que cierres de forma anticipada y se acabe perdiendo la apuesta seguramente serán menos que las que se acabe ganando. Si confías en tu criterio y tomas una decisión, debes ceñirte a ella.
Por eso es muy importante, sobre todo para jugadores habituales que quieren ser rentables a largo plazo, respetar tu sistema de apuestas. Conseguir que un sistema de apuestas sea rentable a largo plazo y tenga un porcentaje de ganancias superior al 55% cuesta muchísimo, así que tomar como costumbre cerrar apuestas de manera sistemática hará peligrar tu rentabilidad. Hacer crecer tu porcentaje de acierto es mucho más costoso que analizar bien cada situación y evitar cerrar apuestas de manera precipitada.
Este es uno de los factores que diferencian a los dos tipos de jugadores que hemos mencionado anteriormente. El jugador amateur es un jugador emocional que se deja llevar por los sentimientos y cierra una apuesta en caliente sin analizar las consecuencias. El jugador profesional es, por definición, un jugador rentable, así que sabe dejar los sentimientos a un lado cuando realiza apuestas deportivas en pro a la consecución de sus objetivos a largo plazo.
¿CUÁNDO ES ACONSEJABLE CERRAR?
Dicho esto, queremos dejar claro que cerrar apuestas es una opción que aunque no sea recomendable a priori, sí puede ser interesante en determinadas ocasiones. Veamos algunas de ellas:
- Grandes combinadas y/o cuotas elevadas. En aquellas ocasiones en las que construyamos una combinada de varias selecciones o una una apuesta única a cuota elevada, cerrar la apuesta cuando nos den unas ganancias aceptables será una opción más que interesante, ya que las probabilidades de ganarla serán muy pequeñas. Un claro ejemplo podría ser una funbet en la que queden uno o dos eventos y ya nos den gran parte de las ganancias, o en apuestas de cuotas altas a largo plazo, en las que según la evolución de los acontecimientos cerrar la apuesta puede darnos un buen pellizco.
- Riesgo de retirada/pérdida. En apuestas que estemos siguiendo el evento en directo, si se produce una lesión de un jugador importante o hay un riesgo real de que la apuesta que se está ganando se pueda torcer, sí que puede ser recomendable cerrarla antes de tiempo. Un buen ejemplo sería un partido que está en los minutos finales y el equipo contrario está atacando y además nuestro equipo se ha quedado con 10. La buena lectura del encuentro será clave para determinar si es buena opción o no.
- Sentido común. Aunque parezca una obviedad, pocas veces se piensa fríamente antes de cerrar una apuesta. Para determinar si es bueno cerrar o no, hay que tener sentido común y entender bien el momento en el que está la apuesta. Siempre se tiene que tener en cuenta que el importe con el que cerremos la apuesta siga teniendo valor: que nos den un 90-95% de las ganancias esperadas, o que como mínimo lo que vamos a dejar de ganar al cerrar es menor que lo que vamos a ganar si no cerramos. Si las ganancias al cerrar son menores que lo que dejamos de ganar, no tiene sentido.
NUESTRA RECOMENDACIÓN FINAL
Queremos acabar este artículo dejando claro que cerrar apuestas es una opción válida, pero hay que usarlo con sentido común y nunca de manera sistemática como parte de nuestra estrategia de apuestas.
No hay ninguna norma infalible a la hora de decidir cuándo cerrar apuestas, por eso os hemos dejado algunas de las situaciones más habituales en las que sí sería aconsejable cerrar. Pero lo que sí hay que tener en cuenta en situaciones normales, dejando de lado funbets o similares, es que solo cerremos cuando cerrar la apuesta tenga valor.
Al fin y al cabo, si se quiere ser un jugador rentable y de éxito hay que tener en cuenta lo siguiente:
- Somos humanos y nos movemos por sentimientos. Por eso, hay que tener en mente que el hecho de haber cerrado una apuesta que se ha perdido en los minutos finales es algo que se queda grabado y se recuerda con rabia, pero no significa que por ello se pierdan mas partidos de los que se ganan. Es una percepción más emocional que racional que nos puede cegar en el análisis de las estadísticas.
- La parte racional del apostador es primordial, hay mucho trabajo psicológico en ello. Cabe recordarse a uno mismo que por 3 veces que hemos perdido en los últimos minutos, hemos ganado 50 apuestas sin cerrar y tener que pagar comisión a la bookie.
- Hay que perder el miedo a fallar; el apostante recreacional quiere acertar siempre, por el contrario el profesional quiere ganar más dinero del pierde y tener beneficio a largo plazo. Asume que va a tener pérdidas, nadie tiene un acierto del 100%, pero buscará que sean menos que las ganancias. Si quieres dedicarte al mundo de las apuestas, tienes que tener una metodología, una disciplina y unas normas, y no dejarse llevar por las emociones. En cada partido hay que hacer borrón y cuenta nueva, olvidar las malas experiencias pasadas y usar el botón de cerrar apuesta con cabeza.
Y con esto acabamos, ¡nos vemos en el siguiente artículo!
Juega con responsabilidad y solo si eres mayor de 18 años.