Tras unas semanas de parón en las competiciones de balonmano, comienza el torneo más espectacular que pueda disfrutarse en cualquier deporte: el Mundial. Jugaré pocas unidades y a pocos partidos en estas semanas de competición, ya que como ocurre en fútbol o baloncesto las sorpresas son constantes y la posibilidad de controlar dinámicas en el día a día es más complicada para el apostador que para la casa de apuestas. La primera apuesta que voy a hacer va a ser el “más difícil todavía”; quién ganará el Mundial. Es muy complicado volver a repetir éxito, pero yo voy a apostar por España.
España, entre los 3 grandes favoritos
Para mí, los tres favoritos para llevarse el título son los tres que marcan las casas: Francia, Dinamarca y España. Sin embargo, yo les doy un 33% a cada uno y dejo el 1% para las sorpresas, entre las cuales metería a Croacia, cuyo mayor handicap es la incontrolable personalidad de Goluza. Alemania (a pesar de las circunstancias que rodean su participación) y Qatar, que más que una selección nacional es un combinado local mezclado con estrellas “fichadas” a cambio de petrodólares, caso de viejos conocidos de Asobal como Borja Vidal, Paván o Capote. En todo caso, sin sobreestimar su capacidad. El gran activo de Qatar ni son ellos ni tampoco Valero Rivera, sino los arbitrajes que a buen seguro padecerán los rivales en el caso de partidos complicados. Ya sabemos cómo consiguieron ser anfitriones del Mundial de fútbol y cómo se está construyendo el balonmano allí, así que no me sorprendería que golpes francos se conviertan en 7 metros, que el pasivo deje de existir si atacan y, en fin, que se consienta más de lo permitido.
Pero si nos centramos en lo deportivo, creo que España está en condiciones de repetir hazaña. No veo a los daneses superiores al conjunto derrotado en la pasada final de Barcelona y Francia, tan extremadamente favorita, reúne un plantel que me recuerda al de España: por un lado, muy físico y, por otro, un buen “mixto” de generaciones; los eternos Sorhaindo, Narcisse y Omeyer, los que aún tienen mundiales por delante como Anic y Honrubia y el liderazgo mediático de Nikola Karabatic, algo que mal gestionado siempre se convierte en bomba de relojería. Creo que la principal debilidad de Francia es justo esa: una suma de individualidades no es siempre un buen conjunto. En ese sentido, parte en desventaja con Dinamarca, que además cuenta con los, para mí, mejor portero y mejor lateral zurdo del mundo: Landin y Hansen, respectivamente.
¿Por qué España? Por dos razones, una deportiva y otra relacionada con la asignación de cuotas. España tiene un bloque sólido, forjado por la experiencia y al que ha ido incorporando buenos activos de sus inagotables categorías inferiores, como Gonzalo o Alex, que ya es mucho más que “el hijo de Talant”. En algunas posiciones, la selección es especialmente fuerte y una de ellas es clave: la dirección del equipo. Si falla Cañellas, está Chema y si no Entrerríos. Confianza plena en cualquiera de los tres centrales. Si Julen está bien, tampoco se me ocurre quién puede hacerle sombra ahí. Si se mantiene la confianza en el bloque, y después de las claras victorias ante Hungría, Polonia y Noruega, creo que España tiene muchas posibilidades de repetir éxito. Y aquí voy con la segunda razón del pick. ¿Cuántas posibilidades? Yo decía que un 33%, pero para las casas no llega ni al 25%. Por tanto, para mí hay un valor importante que me anima a jugar un stake moderado a que los hispanos repiten victoria.
Para realizar la apuesta, tenéis dos opciones en Bet365. Una es apostar a ganador y otra a ganador y colocado. En el segundo de los casos, tendréis que hacer click en la casilla G/C, pero sabiendo que el importe que apostéis se multiplicará por dos. De esta forma, si España es segunda ganaréis también pero menos cantidad, ya que la cuota se dividirá. Para los más conservadores, aconsejo esta opción sin subir stake. Yo, sin embargo, confiaré en la victoria final, sin apostar a colocado. Suerte!
Juega con responsabilidad y solo si eres mayor de 18 años.